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Ha pasado, largo tiempo de mi participación en ese famoso programa salvador del mundo, y nada ha pasado, la vida continua. El teatro maravilloso de la vida no ha dejado de bajar y de subir el telón. Ahí seguimos estando todos, actores, extras, bailarinas, vedettes, stripers, todos llenos de disfraces y todos peleándonos por el papel principal.
Me había dejado estafar otra vez por mi ego, por ese lado de mí que hace que te envuelvas en deseos, emociones, planes, programas, proyectos, ilusiones, pero, que en realidad no son reales, porque, no hay que olvidar que, tarde que temprano todo lo que vemos, todo lo que existe, no existira más, todo no es más que una ilusión; todo en esta vida no es más que aferrarse a lo material, a lo físico, a lo pasional, a nuestras conveniencias y deseos; la realidad resulta ser nada más que una máscara que se funde con la nuestra, con nuestra falsa identidad converida en ego.
Don Ismael, por supuesto encumbrado mas que nunca, poderoso, ahora buscaba un lugar dentro de la ONU, en donde no solo podría dirigir los destinos de su país, sino los del mundo entero y si el tiempo se lo permitiese, le gustaría -pienso yo- los de todo el universo.
Yo por mi parte, me he alejado de todo y de todos, ya me canse de buscar ascender en la escala social, me canse de encumbrarme.
¿Tengo mucho, pero de que me ha servido?
¿De que me sirve?
Y, ¿De que me servirá?
La raza humana es como un virus, como una enfermedad que destruye todo a su paso, el medio ambiente, la naturaleza, el amor. Y, cuando eso pasa, simplemente muda de lugar, busca otro con condiciones favorables, para despues arrasar con todo.
No niego que cada quien es feliz a su manera, y que solo los de tentadores del poder y del dinero, saben manejarse de ambos lados. Ellos si que pueden escoger entre comer frijoles o caviar, en tomar vacaciones en Europa o en visitar Acapulco.
Nosotros sí tenemos que conformarnos con lo que tenemos, pero eso sólo es una falsa apreciación, porque también nosotros estamos en una situación de poder y de suficiencia económica que la de otros, somos ricos frente a muchos otros que tienen menos, lo que pasa es que siempre somos egoístas, siempre estamos inconformes y envidiando a los demas.
Nunca nada es suficiente, ni siquiera cuando alguien nos ama.
Ayer por ejemplo me preguntaba:
¿Hay una diferencia entre saber el camino, y otra el transitar por él?
Despues de todo tu escoges a donde quieres ir. ¿Quieres un mundo sin ti?
No podemos apartarnos de él, eso era cierto.
También me entere que Don Ismael, me anda buscando nuevamente para que lo apoye en otros proyectos.
¿No se que hacer?
Voy a dejar que me guie mi yo interior, estoy cansado de simplemente sobrevivir, quiero empezar a realmente vivir, a sentir la felicidad que te debe dar el saber que estas vivo, quiero despertar a mi verdadera naturaleza, a mi ser interior, despojarme del ego, que tanto daño hace.
Quiero caminar en forma contemplativa, reflexiva, quiero oir, saber escuchar, meditar, reflexionar, comprender el auténtico sentido de la vida, saber oirme a mí mismo, saber escucharme, sentirme, verme, saber comprenderme, saber lo que realmente necesito, fuera de espejismos, deseos, emociones, sentimientos, ilusiones.
Quiero curar mis heridas, quiero eliminar al sufrimiento, a la infelicidad, a la amargura de saberse derrotado, de haber fracasado, de haber errado el camino.
Quiero aprender de lo vivido, de mis experiencias pasadas; no quiero poner el pretexto de que nadie me enseño a vivir, porque el único responsable de mi existencia, es uno mismo.
Quiero cumplir mi misión, quiero ser felíz, quiero alcanzar la sabiduría, la bondad, la humilad, no vine a esta vida para ser rico, ni poderoso, para procrear, para comer, dormir, vine con un próposito fundamental, vine a vivir, vine a darme a mi projimo, vine a utilizar el sentido común.
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