*
Convencer a Alicia, no fue fácil, ya se estaba acostumbrando a su nueva vida, su resignación se había convertido en obstinación, pero al fin y al cabo acepto.
Yo sabía que ella, había salido con varios hombres para ver si en realidad ya no sentía nada por su esposo, para ella hacerlo era muy fácil, le bastaba con sonreír, para que muchos acudieran solícitos, era muy bella, tenía un magnetismo que te atrapaba. Lastima que yo no estuviera entre los elegidos.
Qué vida tan difícil la de un matrimonio -pensé- siempre de un lado para el otro; los que están afuera quieren entrar y los que están dentro quieren salir, los que ya salieron quieren regresar, y los que ya regresaron quieren volver a salir.
Me quede pensando, por otra parte, eso de que sí el amor termina o, simplemente cambia. ¿Qué cuestión tan difícil?
Cada caso es diferente, pienso yo, no se pueden hacer generalizaciones, en unos casos terminara y en otros, cambiara. No hay una regla general, eso depende de cada pareja. El problema radica, según lo veo yo, en cuando estas cosas se confunden, cuando el amor no se ha terminado y la pareja así lo cree, entonces vienen, por supuesto, los problemas, las peleas, las reclamaciones, la perdida de la confianza, las infidelidades.
Eso pasa por ejemplo, cuando a alguien lo absorbe de tal manera su trabajo que deja de atender a su pareja, uno piensa que todo sigue igual, es más que con las ganas y esfuerzo que le esta echando al trabajo las cosas mejoraran y tendrán una mejor situación económica, y el otro, por su parte se siente desatendido, no amado, desplazado por el pinché trabajo de su pareja.
Cuando llegas cansado de tu trabajo no tienes ganas ni de hacer el amor, eso pasa con frecuencia, y al principio se acepta, pero cuando ya se hace costumbre, entonces viene la confusión y se piensa que ya no hay interés, que ya no hay amor. Pero la realidad es otra, estas pasando por una simple etapa de tu vida, es muy fácil entenderlo cuando lo comprendes, cuando tienes los ojos muy bien abiertos, pero si no, viene la confusión.
Las formas de vida cambian a cada rato, es como cuando pones televisión por cable, compras una videocassetera, pones un jacuzzi, al principio te pones a ver todo tu tiempo libre la televisión, rentas infinidad de peliculas, ó todos los dias te metes al jacuzzi, pero pasado un tiempo, los abandonas y, entonces será sólo de vez en cuando, cuando los utilices. Eso suele suceder en los matrimonios, el hábito, la costumbre, las obligaciones, el trabajo, los hijos, los roles, te van volviendo mécanico, autómata, insensible, todo se vuelve rutina, hastío, los problemas y discusiones, resentimiento, y entonces, es cuando deviene el amor en desamor, ó al menos así se cree, las cosas y las razones se confunden, se reclama, se insulta, se golpea, deviene la violencia verbal, el odio, vienen los alejamientos, el distanciamiento, el hablar de divorcio, la inseguridad, la represión, la angustia, pero no es porque el amor se halla terminado, simplemente se viven etapas que se mal entienden. Es decir, el problema entonces radica, en una perdida de la comunicación que cada día se va haciendo más y más grande, hasta devenir en un alejamiento y en un rompimiento, pero no porque el amor haya terminado, o porque se haya dejado morir. No, el amor no ha acabado, y tampoco ha cambiado, ni se ha transformado, el amor sigue ahí, latente, esperando ser redescubierto. Ese era el problema de mis queridos amigos, uno siempre formal, con una vida marcada desde pequeño, siempre destinado a triunfar, a buscar el reconocimiento de la gente, con una carrera profesional exitosa, llena de triunfos y distinciones, pero en cambio marcada por la soledad, por la falta de comprensión de su pareja, por el no entendimiento de su forma de ser, ese querer destacar en la vida, en ser el mejor, para que su esposa e hijos también pudieran ser los mejores, para que no tuvieran privacias como él siempre las tuvo desde pequeño, le fueron llevando, si bien no al fracaso, sí a tener una vida llena de complicaciones y de tensiones, que desembocaron en un alejamiento con su esposa.
La otra, por su parte, si bien amorosa y comprensiva, siempre dispuesta a ayudar en lo que fuera a su marido, aun a costa de su vida propia, sintiese de pronto que valía menos que los malditos problemas, que por su parte siempre iban a estar ahí; se sentía ahora desplazada y poco querida, ya no se le dedicaba tiempo ni atenciones, y lo único que ella quería era poder ayudar y participar en la vida familiar, pues si bien entendía a su marido, sentía que él no la entendía a ella.¿Qué complicado no?
La vida tan sencilla y uno complicándosela por cualquier estupidez. Qué si me quieres, que ya no me quieres, que ya no me abres la puerta del coche como antes, ya no me traes flores, ahora pasas mas el tiempo con tus amigotes, nunca estas en la casa, siempre estas con tus amigas, siempre estas en el club, en el salón de belleza, ya no me dices cosas bonitas, ya no te gusto porque engorde, porque me veo vieja, no te interesas en tus hijos, no les prestas atención, nunca juegas con ellos, siempre llegas tarde a casa, quien sabe con quien andarás, no me alcanza el dinero que me das, apúrate que vamos a llegar tarde, que ejemplo les pones a tus hijos, eres un desobligado, eres una fodonga, etcétera, etcétera.
Miles de cosas, miles de estupideces, eso sí. Por eso, no hay que olvidarse de las cosas pequeñas, no hay que olvidarse de lo sencillo, hay veces que no se pide mucho, sólo atención, ¿qué no podemos darla? claro que sí, simplemente dejamos de ver lo importante, que el amor es la base de la familia, y la familia la base del mundo.
Puros instintos reprimidos, puras inseguridades, egoísmos y vanidades, miedo a lo conocido y miedo a lo desconocido, miedo al que dirán y a como nos verán, miedo a tener y al no tener, miedo al no poder, miedo al no entendimiento y al ser descubierto.
Fervor a lo artificial, pudor a lo natural, una vida de etiqueta llena de abstracción y no concreción al saber vivir con alegría y felicidad.
No pidamos más, que la alegría y felicidad llegan con la madurez. Veámonos al espejo, descubramos en nuestro rostro los signos de la infelicidad, intentemos una sonrisa, aprendamos a perdonar, descubran el origen de sus miedos, quitémonos las máscaras que ocultan nuestro verdadero ser, no reprimamos ni justifiquemos nuestras acciones y reacciones, no nos ocultemos a la vida, logremos una síntesis entre lo externo y el espíritu, entre lo importante y lo necesario, entre el tener y el ser.
Si ves en tu rostro dureza e incredulidad tienes un camino largo por andar, si por el contrario ves bondad y serenidad, descubre con calma que ésa es la felicidad.
El rostro es el espejo del alma, ahí es donde puedes ver lo feliz o infeliz que eres, y no sólo tú lo podrás ver, sino que todos podremos darnos cuenta de ello, ahí podemos ver la podredumbre o la belleza de tu alma. Desde pequeños reflejamos en el rostro el miedo, la inseguridad, el hambre y la desesperación. Por eso, aprendamos a cambiar las facciones, intentemos desvanecer las arrugas de la infelicidad, vivamos con un rostro bello, uno de esos que al verlo nos infunden paz y tranquilidad.
Ese es el rostro que tienen aquellos que han sabido encontrar la alegría del alma y del espíritu, de aquellos que aman a Dios, de aquellos que lo siguen y oyen sus palabras, de aquellos que ayudan y aman al prójimo, de los que no piden y no quieren nada, aunque para ello, hayan tenido que pasar por el mundo bañados en lágrimas.
Para ello, no hay más que ver el rostro de Cristo, de Buda o, de quien queramos, ¿qué es lo que encontraremos?: amor, ternura, comprensión, bondad, serenidad, alegría; esta lleno de una paz que inunda y que trasciende, de una tranquilidad que nos llena y que nos hace sentir limpios y seguros, aunque no lo estemos, pero que por unos segundos, tan sólo de verlos, esa sensación es la que tenemos, y eso nadie, nadie lo podrá negar.
Y ese es el rostro que descubrí en la gente de “Encuentros Conyugales”, rostros como los de Fray Laudelino, los de Armando y Milede, Jaime Castillo y Rosy, rostros llenos de amor y dulzura, llenos de comprensión y amor al prójimo, rostros llenos de confianza.
Mi esposa y yo asistimos a un retiro conyugal, ahí nos volvimos a encontrar, logramos aprender muchos caminos para la verdadera comunicación, empezamos a trabajar juntos, porque redescubrimos que seguíamos estando vivos y lo principal, que nos importábamos el uno al otro.
El sentido de la comunicación es un aspecto mucho muy importante, te puedes comunicar con alguien, aunque no hable tu mismo idioma, sean de diferentes edades, seas sordo, mudo, te puedes comunicar por medio de gestos, señas, es decir te comunicas de muchas formas, el problema radica cuando eres malinterpretado o no entendido, o cuando ya ni siquiera te comunicas; el proceso es muy difícil y ha sido largamente estudiado por infinidad de autores, logrando teoría modernas como: como hacer cosas con palabras; los juegos del lenguaje; teoría de la decisión, la teoría de la acción comunicativa.
Con autores muy representativos como: Austin,G. H. Mead, Habermas; J. J: White, Witgenstein, Winch, P., y muchos otros más.
Se habla, por ejemplo de funcionalismo psicológico, referido al llamado mentalismo, que es la concepción de la mente como sustancia, y la concepción causal de la conducta, referida a creencias y deseos.
Sí una persona ha aprendido en algún lugar que un espejo o una fotografía es un objeto maligno seguramente ira de tu camino o te atacara, si alguien aprende que el color azul se le denomina verde en su país, nunca podrá ponerse de acuerdo contigo, aprendemos nuestros estados mentales de acuerdo a la publicidad que se le de en la interacción, según nos situemos en calidad del que realiza la acción o en el plano del observador, en primera o en tercera persona.
¿Qué pasa si alguien no sigue correctamente una regla? Puede caer en errores, o en mal interpretaciones por parte del observador o del oyente, lo cual deviene en crisis, ya que puede incurrir, inclusive hasta en algún delito de tipo penal.
Es difícil explicar alguna imagen formada en nuestra mente, pues tenemos que transformarla primero en pensamientos y luego en lenguaje, asimismo ante el suceso de algún hecho, podemos tener un pensamiento cualquiera, y de ese pensamiento expresar un sentimiento, que puede ser correcto o equivocado y devenir entonces en algún tipo de comportamiento negativo, error, o pela conyugal, piénsese por ejemplo, cuando yo tengo algún tipo de negocio en el que tengo que llegar tarde a mi casa, y tengo que avisar, pero se me olvida hacerlo, ante ese hecho, mi esposa pensara tal vez que estoy mintiendo, o que soy un desconsiderado al no haberle avisado a tiempo, máxime si teníamos invitados a cenar, el sentimiento de mi esposa será el de que me importan más mis amigos, el de que soy un materialista, que me importa ganar más unos cuantos pesos que estar con su esposa y sus hijos a los cuales no ve en todo el día, y sí no me cree, pues va a pensar que ando de farra, estoy engañándola y cometiendo alguna infidelidad.
Si le digo que el perro esta en la alfombra, o que me gustaría que me trajera una taza de café, tal vez piense que le estoy ordenando sacar al perro porque ella sabe que no me gusta que el perro este dentro de casa, sí le pido café, tal vez ella me lo traería, pero pronto se daría cuenta que estoy bromeando porque ni siquiera tenemos perro, ni me gusta el café.
La mente piensa en representaciones, luego las expresa en pensamientos y finalmente en lenguaje.
Otro ejemplo: yo tengo que levantarme muy temprano porque tengo alguna cita de negocios, o voy a ver un cliente, o tengo una clase importante, o un examen, mi esposo o mi esposa, tienen la televisión prendida, porque tal vez ellos estén acostumbrados ha verla hasta altas horas de la noche, o no tengan la necesidad de levantarse temprano, o estén viendo un programa o una película excelente; cuando yo le pido por favor que le baje el volumen o si podría apagarla por que tengo que levantarme temprano, y si el no o hace, ante ese hecho o acción, yo voy a tener un pensamiento, de que el quiere que yo no llegue temprano a mi cita, pierda mi examen, o esa oportunidad de trabajo que se me presenta, cuando le vuelvo a decir que le baje al volumen o que la apague por favor, y si el continua sin hacerlo, yo voy a reforzar mi pensamiento, pensando que en verdad él me quiere chingar. Ante esos pensamientos, ¿cuáles serían mis sentimientos? Pues tal vez, yo pensaría que el no me quiere, que no le importo, que le da más importancia a su programa que a mí misma, que como el no tiene la cita, pues a el no le importa, y si yo dejo que eso continué de esa manera, pues tal vez, en efecto yo me voy a sentir que le valgo una chingada y que el no me quiere, mi reacción entonces sería de violencia, me levantaría y yo misma apagaría la televisión, le reprocharía su falta de consideración y lo mandaría también a la chingada, y me causaría finalmente un sentimiento de total resentimiento que guardaría para sacarlo como basura en alguna próxima discusión y me la guardaría para hacérsela yo cuando él tuviera que levantarse temprano, le dejaría de hablar por varios días, me vengaría y para la próxima fiesta con sus amigos o su madre, le diría que yo no puedo ir, alegando alguna causa de indisposición, a lo cual el por su parte respondería igual que yo, con violencia, agresividad, se sentiría que yo no lo quiero, que no me preocupo por él, y al fin de cuentas lo que realmente sucedió es que el tomo muy al a ligera que yo me tenía que pararme temprano, su intención era de apagar la televisión y se le paso el tiempo, tiempo suficiente para que mi pensamiento se transformara en un sentimiento y en un a reacción negativa.
A parte de todo, nunca de los nunca somos sinceros con nosotros mismos y siempre revelamos lo que nos conviene decir, siempre mentimos aunque sean mentiras piadosas y una mentira siempre llevara a otra mentira, lo que deviene por supuesto en desconfianza y falta de comunicación.
Yo por mi parte siempre he sido mal entendido por mi esposa, yo nunca leí libros ni se me fomento el hábito de la lectura, que esperanzas que yo leyera a Octavio Paz, Borges, Víctor Hugo, Junger, Max Weber, yo ingrese en el Colegio Militar y ahí no se le toma mucha importancia a esas materias, ahí estudiamos Tácticas de guerra, Guerra irregular, Manual de operaciones en campaña, así que ahora cuando yo paso mucho tiempo en la lectura, ella sí bien me lo permite piensa que yo les robo tiempo a ella y a sus hijos; sí les tomo mucha importancia a los problemas de mis amigos y quiera ayudarlos, porque yo de pequeño nunca recibí el afecto ni el reconocimiento de mis padres, pues como es natural ella se enoja, y aunque por mucho tiempo no lo dice llega un día que explota, lo dice todo ese resentimiento sale a la superficie, ocasionando grandes problemas familiares, llegando inclusive a la violencia verbal, física, y hasta a el hablar de divorcio.
Cada día los compromisos y obligaciones para con el hogar y la familia, los hijos, son mayores, las colegiaturas y gastos crecen a un ritmo muy acelerado, como es natural uno que es el sostén de la casa tiene que buscar la manera de sacar más dinero para solventar los gastos que se presentan, eso te quita tiempo, vives estresado, desgastado, llegas tarde a casa, cansado sin ganas de hacer nada, y como es natural tu esposa que se encontró todo el día en casa cuidando hijos, pues te exija salir al cine, a cenar, te exija hacer el amor, y la verdad es que tu ni ganas tienes de eso, al principio se comprende pero conforme pasa el tiempo, pues todo se va complicando, se va deteriorando la situacion, tu esposa empieza a ya no contar contigo y a buscar sus propias distracciones, con el consabido reproche de tu ya no me quieres, te interesas más por tu trabajo, por tus amigos, por tus relaciones, lo cual es verdad, las descuidas a ella y a tus hijos, les pagas la educación, el vestuario, la comida, el club, las clases de aeróbicos, de tenis, y al final ellas terminan convirtiéndose en amantes o amiguitas de sus instructores, que sí tienen el tiempo suficiente para atenderlas y para decirles lo bonitas o lo bien que se ven hoy.
Eso es con lo que se enfrenta uno todos los días, la mujer desatendida y el hombre trabajando o viceversa, y el problema en el fondo no es más que una falta de comunicación, el amor no se termina, cambia o se transforma, pero no se acaba, nosotros nos confundimos o mal interpretamos sus efectos.
El otro día, por ejemplo, mi esposa se molesto porque un amigo me llamo por teléfono justo antes de salir, ella no dijo nada, pero se molesto y al cabo de veinte minutos de espera o quizás treinta, su furia no se hizo esperar y me interrumpió diciendo que ella se iba sola y que era una falta de consideración lo que estaba haciendo, tal ves tuviera la razón, pero lo que no se da cuenta es que de diez llamadas que entran a la casa ocho o nueve son para ella, y ella en verdad si se tarda en el teléfono como lo hacen usualmente todas las mujeres; si llaman por ejemplo sus papas por teléfono ya en la noche puede hablar hasta dos o tres horas por teléfono, le dan la una o dos de la mañana, habla en la misma recamara, no me deja dormir o no me deja escuchar el programa de televisión, es decir ella si puede hacer esas cosas, pero uno no, y si te atreves a decirle algo, pues simplemente se enoja, ahí es cuando comprendemos que las mujeres y los hombres no somos iguales, y tenemos que aceptarnos tal como somos, el problema radica en cuando uno no acepta al otro como es.
La costumbre, la monotonía, el habito, los problemas recurrentes, hacen que tu vida pronto se convierta en un infierno ¿para qué llegar a mi casa si me voy a enfrentar con problemas, empiezas a aprender a escuchar pero no a responder, empiezas a ignorar, empiezas a vivir con tu soledad, empiezas a odiar a quien amas, al menos así te lo imaginas, hasta que llegues a creerlo en verdad.
Convencer a Alicia, no fue fácil, ya se estaba acostumbrando a su nueva vida, su resignación se había convertido en obstinación, pero al fin y al cabo acepto.
Yo sabía que ella, había salido con varios hombres para ver si en realidad ya no sentía nada por su esposo, para ella hacerlo era muy fácil, le bastaba con sonreír, para que muchos acudieran solícitos, era muy bella, tenía un magnetismo que te atrapaba. Lastima que yo no estuviera entre los elegidos.
Qué vida tan difícil la de un matrimonio -pensé- siempre de un lado para el otro; los que están afuera quieren entrar y los que están dentro quieren salir, los que ya salieron quieren regresar, y los que ya regresaron quieren volver a salir.
Me quede pensando, por otra parte, eso de que sí el amor termina o, simplemente cambia. ¿Qué cuestión tan difícil?
Cada caso es diferente, pienso yo, no se pueden hacer generalizaciones, en unos casos terminara y en otros, cambiara. No hay una regla general, eso depende de cada pareja. El problema radica, según lo veo yo, en cuando estas cosas se confunden, cuando el amor no se ha terminado y la pareja así lo cree, entonces vienen, por supuesto, los problemas, las peleas, las reclamaciones, la perdida de la confianza, las infidelidades.
Eso pasa por ejemplo, cuando a alguien lo absorbe de tal manera su trabajo que deja de atender a su pareja, uno piensa que todo sigue igual, es más que con las ganas y esfuerzo que le esta echando al trabajo las cosas mejoraran y tendrán una mejor situación económica, y el otro, por su parte se siente desatendido, no amado, desplazado por el pinché trabajo de su pareja.
Cuando llegas cansado de tu trabajo no tienes ganas ni de hacer el amor, eso pasa con frecuencia, y al principio se acepta, pero cuando ya se hace costumbre, entonces viene la confusión y se piensa que ya no hay interés, que ya no hay amor. Pero la realidad es otra, estas pasando por una simple etapa de tu vida, es muy fácil entenderlo cuando lo comprendes, cuando tienes los ojos muy bien abiertos, pero si no, viene la confusión.
Las formas de vida cambian a cada rato, es como cuando pones televisión por cable, compras una videocassetera, pones un jacuzzi, al principio te pones a ver todo tu tiempo libre la televisión, rentas infinidad de peliculas, ó todos los dias te metes al jacuzzi, pero pasado un tiempo, los abandonas y, entonces será sólo de vez en cuando, cuando los utilices. Eso suele suceder en los matrimonios, el hábito, la costumbre, las obligaciones, el trabajo, los hijos, los roles, te van volviendo mécanico, autómata, insensible, todo se vuelve rutina, hastío, los problemas y discusiones, resentimiento, y entonces, es cuando deviene el amor en desamor, ó al menos así se cree, las cosas y las razones se confunden, se reclama, se insulta, se golpea, deviene la violencia verbal, el odio, vienen los alejamientos, el distanciamiento, el hablar de divorcio, la inseguridad, la represión, la angustia, pero no es porque el amor se halla terminado, simplemente se viven etapas que se mal entienden. Es decir, el problema entonces radica, en una perdida de la comunicación que cada día se va haciendo más y más grande, hasta devenir en un alejamiento y en un rompimiento, pero no porque el amor haya terminado, o porque se haya dejado morir. No, el amor no ha acabado, y tampoco ha cambiado, ni se ha transformado, el amor sigue ahí, latente, esperando ser redescubierto. Ese era el problema de mis queridos amigos, uno siempre formal, con una vida marcada desde pequeño, siempre destinado a triunfar, a buscar el reconocimiento de la gente, con una carrera profesional exitosa, llena de triunfos y distinciones, pero en cambio marcada por la soledad, por la falta de comprensión de su pareja, por el no entendimiento de su forma de ser, ese querer destacar en la vida, en ser el mejor, para que su esposa e hijos también pudieran ser los mejores, para que no tuvieran privacias como él siempre las tuvo desde pequeño, le fueron llevando, si bien no al fracaso, sí a tener una vida llena de complicaciones y de tensiones, que desembocaron en un alejamiento con su esposa.
La otra, por su parte, si bien amorosa y comprensiva, siempre dispuesta a ayudar en lo que fuera a su marido, aun a costa de su vida propia, sintiese de pronto que valía menos que los malditos problemas, que por su parte siempre iban a estar ahí; se sentía ahora desplazada y poco querida, ya no se le dedicaba tiempo ni atenciones, y lo único que ella quería era poder ayudar y participar en la vida familiar, pues si bien entendía a su marido, sentía que él no la entendía a ella.¿Qué complicado no?
La vida tan sencilla y uno complicándosela por cualquier estupidez. Qué si me quieres, que ya no me quieres, que ya no me abres la puerta del coche como antes, ya no me traes flores, ahora pasas mas el tiempo con tus amigotes, nunca estas en la casa, siempre estas con tus amigas, siempre estas en el club, en el salón de belleza, ya no me dices cosas bonitas, ya no te gusto porque engorde, porque me veo vieja, no te interesas en tus hijos, no les prestas atención, nunca juegas con ellos, siempre llegas tarde a casa, quien sabe con quien andarás, no me alcanza el dinero que me das, apúrate que vamos a llegar tarde, que ejemplo les pones a tus hijos, eres un desobligado, eres una fodonga, etcétera, etcétera.
Miles de cosas, miles de estupideces, eso sí. Por eso, no hay que olvidarse de las cosas pequeñas, no hay que olvidarse de lo sencillo, hay veces que no se pide mucho, sólo atención, ¿qué no podemos darla? claro que sí, simplemente dejamos de ver lo importante, que el amor es la base de la familia, y la familia la base del mundo.
Puros instintos reprimidos, puras inseguridades, egoísmos y vanidades, miedo a lo conocido y miedo a lo desconocido, miedo al que dirán y a como nos verán, miedo a tener y al no tener, miedo al no poder, miedo al no entendimiento y al ser descubierto.
Fervor a lo artificial, pudor a lo natural, una vida de etiqueta llena de abstracción y no concreción al saber vivir con alegría y felicidad.
No pidamos más, que la alegría y felicidad llegan con la madurez. Veámonos al espejo, descubramos en nuestro rostro los signos de la infelicidad, intentemos una sonrisa, aprendamos a perdonar, descubran el origen de sus miedos, quitémonos las máscaras que ocultan nuestro verdadero ser, no reprimamos ni justifiquemos nuestras acciones y reacciones, no nos ocultemos a la vida, logremos una síntesis entre lo externo y el espíritu, entre lo importante y lo necesario, entre el tener y el ser.
Si ves en tu rostro dureza e incredulidad tienes un camino largo por andar, si por el contrario ves bondad y serenidad, descubre con calma que ésa es la felicidad.
El rostro es el espejo del alma, ahí es donde puedes ver lo feliz o infeliz que eres, y no sólo tú lo podrás ver, sino que todos podremos darnos cuenta de ello, ahí podemos ver la podredumbre o la belleza de tu alma. Desde pequeños reflejamos en el rostro el miedo, la inseguridad, el hambre y la desesperación. Por eso, aprendamos a cambiar las facciones, intentemos desvanecer las arrugas de la infelicidad, vivamos con un rostro bello, uno de esos que al verlo nos infunden paz y tranquilidad.
Ese es el rostro que tienen aquellos que han sabido encontrar la alegría del alma y del espíritu, de aquellos que aman a Dios, de aquellos que lo siguen y oyen sus palabras, de aquellos que ayudan y aman al prójimo, de los que no piden y no quieren nada, aunque para ello, hayan tenido que pasar por el mundo bañados en lágrimas.
Para ello, no hay más que ver el rostro de Cristo, de Buda o, de quien queramos, ¿qué es lo que encontraremos?: amor, ternura, comprensión, bondad, serenidad, alegría; esta lleno de una paz que inunda y que trasciende, de una tranquilidad que nos llena y que nos hace sentir limpios y seguros, aunque no lo estemos, pero que por unos segundos, tan sólo de verlos, esa sensación es la que tenemos, y eso nadie, nadie lo podrá negar.
Y ese es el rostro que descubrí en la gente de “Encuentros Conyugales”, rostros como los de Fray Laudelino, los de Armando y Milede, Jaime Castillo y Rosy, rostros llenos de amor y dulzura, llenos de comprensión y amor al prójimo, rostros llenos de confianza.
Mi esposa y yo asistimos a un retiro conyugal, ahí nos volvimos a encontrar, logramos aprender muchos caminos para la verdadera comunicación, empezamos a trabajar juntos, porque redescubrimos que seguíamos estando vivos y lo principal, que nos importábamos el uno al otro.
El sentido de la comunicación es un aspecto mucho muy importante, te puedes comunicar con alguien, aunque no hable tu mismo idioma, sean de diferentes edades, seas sordo, mudo, te puedes comunicar por medio de gestos, señas, es decir te comunicas de muchas formas, el problema radica cuando eres malinterpretado o no entendido, o cuando ya ni siquiera te comunicas; el proceso es muy difícil y ha sido largamente estudiado por infinidad de autores, logrando teoría modernas como: como hacer cosas con palabras; los juegos del lenguaje; teoría de la decisión, la teoría de la acción comunicativa.
Con autores muy representativos como: Austin,G. H. Mead, Habermas; J. J: White, Witgenstein, Winch, P., y muchos otros más.
Se habla, por ejemplo de funcionalismo psicológico, referido al llamado mentalismo, que es la concepción de la mente como sustancia, y la concepción causal de la conducta, referida a creencias y deseos.
Sí una persona ha aprendido en algún lugar que un espejo o una fotografía es un objeto maligno seguramente ira de tu camino o te atacara, si alguien aprende que el color azul se le denomina verde en su país, nunca podrá ponerse de acuerdo contigo, aprendemos nuestros estados mentales de acuerdo a la publicidad que se le de en la interacción, según nos situemos en calidad del que realiza la acción o en el plano del observador, en primera o en tercera persona.
¿Qué pasa si alguien no sigue correctamente una regla? Puede caer en errores, o en mal interpretaciones por parte del observador o del oyente, lo cual deviene en crisis, ya que puede incurrir, inclusive hasta en algún delito de tipo penal.
Es difícil explicar alguna imagen formada en nuestra mente, pues tenemos que transformarla primero en pensamientos y luego en lenguaje, asimismo ante el suceso de algún hecho, podemos tener un pensamiento cualquiera, y de ese pensamiento expresar un sentimiento, que puede ser correcto o equivocado y devenir entonces en algún tipo de comportamiento negativo, error, o pela conyugal, piénsese por ejemplo, cuando yo tengo algún tipo de negocio en el que tengo que llegar tarde a mi casa, y tengo que avisar, pero se me olvida hacerlo, ante ese hecho, mi esposa pensara tal vez que estoy mintiendo, o que soy un desconsiderado al no haberle avisado a tiempo, máxime si teníamos invitados a cenar, el sentimiento de mi esposa será el de que me importan más mis amigos, el de que soy un materialista, que me importa ganar más unos cuantos pesos que estar con su esposa y sus hijos a los cuales no ve en todo el día, y sí no me cree, pues va a pensar que ando de farra, estoy engañándola y cometiendo alguna infidelidad.
Si le digo que el perro esta en la alfombra, o que me gustaría que me trajera una taza de café, tal vez piense que le estoy ordenando sacar al perro porque ella sabe que no me gusta que el perro este dentro de casa, sí le pido café, tal vez ella me lo traería, pero pronto se daría cuenta que estoy bromeando porque ni siquiera tenemos perro, ni me gusta el café.
La mente piensa en representaciones, luego las expresa en pensamientos y finalmente en lenguaje.
Otro ejemplo: yo tengo que levantarme muy temprano porque tengo alguna cita de negocios, o voy a ver un cliente, o tengo una clase importante, o un examen, mi esposo o mi esposa, tienen la televisión prendida, porque tal vez ellos estén acostumbrados ha verla hasta altas horas de la noche, o no tengan la necesidad de levantarse temprano, o estén viendo un programa o una película excelente; cuando yo le pido por favor que le baje el volumen o si podría apagarla por que tengo que levantarme temprano, y si el no o hace, ante ese hecho o acción, yo voy a tener un pensamiento, de que el quiere que yo no llegue temprano a mi cita, pierda mi examen, o esa oportunidad de trabajo que se me presenta, cuando le vuelvo a decir que le baje al volumen o que la apague por favor, y si el continua sin hacerlo, yo voy a reforzar mi pensamiento, pensando que en verdad él me quiere chingar. Ante esos pensamientos, ¿cuáles serían mis sentimientos? Pues tal vez, yo pensaría que el no me quiere, que no le importo, que le da más importancia a su programa que a mí misma, que como el no tiene la cita, pues a el no le importa, y si yo dejo que eso continué de esa manera, pues tal vez, en efecto yo me voy a sentir que le valgo una chingada y que el no me quiere, mi reacción entonces sería de violencia, me levantaría y yo misma apagaría la televisión, le reprocharía su falta de consideración y lo mandaría también a la chingada, y me causaría finalmente un sentimiento de total resentimiento que guardaría para sacarlo como basura en alguna próxima discusión y me la guardaría para hacérsela yo cuando él tuviera que levantarse temprano, le dejaría de hablar por varios días, me vengaría y para la próxima fiesta con sus amigos o su madre, le diría que yo no puedo ir, alegando alguna causa de indisposición, a lo cual el por su parte respondería igual que yo, con violencia, agresividad, se sentiría que yo no lo quiero, que no me preocupo por él, y al fin de cuentas lo que realmente sucedió es que el tomo muy al a ligera que yo me tenía que pararme temprano, su intención era de apagar la televisión y se le paso el tiempo, tiempo suficiente para que mi pensamiento se transformara en un sentimiento y en un a reacción negativa.
A parte de todo, nunca de los nunca somos sinceros con nosotros mismos y siempre revelamos lo que nos conviene decir, siempre mentimos aunque sean mentiras piadosas y una mentira siempre llevara a otra mentira, lo que deviene por supuesto en desconfianza y falta de comunicación.
Yo por mi parte siempre he sido mal entendido por mi esposa, yo nunca leí libros ni se me fomento el hábito de la lectura, que esperanzas que yo leyera a Octavio Paz, Borges, Víctor Hugo, Junger, Max Weber, yo ingrese en el Colegio Militar y ahí no se le toma mucha importancia a esas materias, ahí estudiamos Tácticas de guerra, Guerra irregular, Manual de operaciones en campaña, así que ahora cuando yo paso mucho tiempo en la lectura, ella sí bien me lo permite piensa que yo les robo tiempo a ella y a sus hijos; sí les tomo mucha importancia a los problemas de mis amigos y quiera ayudarlos, porque yo de pequeño nunca recibí el afecto ni el reconocimiento de mis padres, pues como es natural ella se enoja, y aunque por mucho tiempo no lo dice llega un día que explota, lo dice todo ese resentimiento sale a la superficie, ocasionando grandes problemas familiares, llegando inclusive a la violencia verbal, física, y hasta a el hablar de divorcio.
Cada día los compromisos y obligaciones para con el hogar y la familia, los hijos, son mayores, las colegiaturas y gastos crecen a un ritmo muy acelerado, como es natural uno que es el sostén de la casa tiene que buscar la manera de sacar más dinero para solventar los gastos que se presentan, eso te quita tiempo, vives estresado, desgastado, llegas tarde a casa, cansado sin ganas de hacer nada, y como es natural tu esposa que se encontró todo el día en casa cuidando hijos, pues te exija salir al cine, a cenar, te exija hacer el amor, y la verdad es que tu ni ganas tienes de eso, al principio se comprende pero conforme pasa el tiempo, pues todo se va complicando, se va deteriorando la situacion, tu esposa empieza a ya no contar contigo y a buscar sus propias distracciones, con el consabido reproche de tu ya no me quieres, te interesas más por tu trabajo, por tus amigos, por tus relaciones, lo cual es verdad, las descuidas a ella y a tus hijos, les pagas la educación, el vestuario, la comida, el club, las clases de aeróbicos, de tenis, y al final ellas terminan convirtiéndose en amantes o amiguitas de sus instructores, que sí tienen el tiempo suficiente para atenderlas y para decirles lo bonitas o lo bien que se ven hoy.
Eso es con lo que se enfrenta uno todos los días, la mujer desatendida y el hombre trabajando o viceversa, y el problema en el fondo no es más que una falta de comunicación, el amor no se termina, cambia o se transforma, pero no se acaba, nosotros nos confundimos o mal interpretamos sus efectos.
El otro día, por ejemplo, mi esposa se molesto porque un amigo me llamo por teléfono justo antes de salir, ella no dijo nada, pero se molesto y al cabo de veinte minutos de espera o quizás treinta, su furia no se hizo esperar y me interrumpió diciendo que ella se iba sola y que era una falta de consideración lo que estaba haciendo, tal ves tuviera la razón, pero lo que no se da cuenta es que de diez llamadas que entran a la casa ocho o nueve son para ella, y ella en verdad si se tarda en el teléfono como lo hacen usualmente todas las mujeres; si llaman por ejemplo sus papas por teléfono ya en la noche puede hablar hasta dos o tres horas por teléfono, le dan la una o dos de la mañana, habla en la misma recamara, no me deja dormir o no me deja escuchar el programa de televisión, es decir ella si puede hacer esas cosas, pero uno no, y si te atreves a decirle algo, pues simplemente se enoja, ahí es cuando comprendemos que las mujeres y los hombres no somos iguales, y tenemos que aceptarnos tal como somos, el problema radica en cuando uno no acepta al otro como es.
La costumbre, la monotonía, el habito, los problemas recurrentes, hacen que tu vida pronto se convierta en un infierno ¿para qué llegar a mi casa si me voy a enfrentar con problemas, empiezas a aprender a escuchar pero no a responder, empiezas a ignorar, empiezas a vivir con tu soledad, empiezas a odiar a quien amas, al menos así te lo imaginas, hasta que llegues a creerlo en verdad.
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